Hace un tiempo atrás Salvador Allende dijo "... Se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor" .
Ahora, 37 años mas tarde de aquel cumplido, parece tener un retroceso gigantesco con la llegada del gobierno de Sebastián Piraña, y consigo, el despegue del séquito de traperos que lamen las bolas del presi en todos los cargos públicos habidos y por haber.
Así es como a 4 meses de asumir como el presidente de nuestro país, aún no se desprende de las acciones que posee en el Canal de Televisión Chilevisión, ni tampoco del club deportivo más importante de la historia de nuestro pobre deporte nacional, Colo-Colo.
Como dato anecdótico la autoridad máxima del control de los contenidos expuesto por la Tevé Chilensis (Cntv), Andrés Chadwick, tiene lazos sanguíneos con nuestro estimado Piñera. Que país generoso, ¿no?
Ahora bien, tanto recordar al payaso de mandatario que tenemos, me motiva preguntar ¿Qué cresta es el humor? Según nuestra Santa Biblia Wikipedia, nos dice: Humor o humorismo (del latín: Humor, -oris) es definido como el poder de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas.
Resulta que en horas de la tarde de hoy (Martes 27 de Julio del 2010) se confirmó que los gags que se exhiben en el Club de la Comedia aludiendo a las parábolas del Pulento, molestaron e hicieron poner los pelos verdes a los vejetes del CNTV. (Vejete rima con ojete ¿Curioso?)
Así es, no estoy guebiando, estos caballeros "estudiarán" en "profundidad" (Otra vez me recuerda a ojete) los videos que muestran como se "ríen" de la fe de los creyentes, y que según los del Consejo han recibido reclamos en un sitio web tan prestigioso como 3w.reclamos.cl (Es más influyente Loserpower o PortalNet).
Lo más curioso es que vivimos en un estado laico de derecho, y al parecer el sentido del humor de éstos disntiguidos señores se lo pasan por la raja.
La reflexión no está orientada a defender a los chicos del Club, sino que a que se respete la libertad a poder crear sin temor a la censura, sin que esos caballeros de cuello y corbata nos impongan en que podemos hacer y que no.