26 de enero de 2010

Mi querido Hotel City ... [!]

Por Lucho Tabilo Castillo

"La vida allí dentro es mejor. O al menos uno ahí no está acá. ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué estaba solo? ¿Por qué un adolescente estaba ahí en medio de la noche bañado de rojo?"

Alberto Fuguet

- Aquí Vamos -

Pensé que sería mas fácil de lo que creía, pero por algún extraño motivo me es difícil comenzar a escribir sobre el lugar que siempre quise conocer. Quizás no estuve lo suficiente para contemplar su belleza, tal vez llegué muy tarde o debí haber pisado esa misma angosta calle 2 años atrás, cuando el City aún estaba en pie albergando a turistas; últimamente -en su mayoría - extranjeros de tercera edad. Cuando cobijaba cientos de historias ajenas entre sus paredes, cuando alimentaba con únicas y deliciosas cazuelas a los hambrientos clientes del centro capitalino, cuando iluminaba la ciudad con su fluorescente y llamativo tubo rojo en la entrada de calle Compañia, cuando los estudiantes de arquitectura se sentaban frente al ex Cine "El Real" y dibujaban sus gárgolas grises, sus delgadas y finas paredes cuadriculadas, sus maseteros colgando, etc [!]. Muchas cosas me perdí. Sí, es cierto, pero vale la pena Encontrar el lugar que has leído y que siempre lo quisiste como Tu Hogar, y que a pesar de todo lo conoces mejor que muchos, incluso sin haber vivido experiencias en aquel sitio.


No importa si no me comprenden, sólo quienes me conocen logran entender lo valioso que era estar ahí, entre lineas y cintas de 35 mm, en el Hotel en que Pascal Barros (Rockero - Actor - ídolo) rescata del caos y la soledad de la ciudad y convierte en el Bar/Pub Fashion de moda Rock Under Santiaguina, es la cuna inspiradora para Barros al momento de crear Pantofobia, y la musicalización de Toque de Queda. Es también donde se alberga Matias Vicuña con alcohol, exceso de sexo y drogas en Mala Onda, es el frío y deteriorado hogar de Paul Kazán en las Hormigas Asesinas, y es donde este humilde joven penquista comprendió por instantes la palabra felicidad.

La fugacidad de una mirada no se compara con la inmortalidad de un recuerdo eterno, de un recuerdo sudado, Innombrable, angustioso, agotador, caluroso, cantado, errado, con calles equívocas, de caminatas observando el cielo y comparando la arquitectura de los edificios aledaños creyendo siempre que estábamos cerca de aquel lugar. Luego, cuando ya comenzaba a perder la esperanza de poder conocer el Hotel, ella me apretó la mano, Sí, mi alma comprendió que estábamos en el lugar correcto en el momento adecuado. Sólo atiné a levantar la mirada y leí "City Bar Restaurant", fue en ese momento cuando comprendí lo que realmente pasaba.


Mis 5 sentidos estaban alerta para reconocer que estaba ahí, ¡Que era cierto! Estaba situado en el lugar de mis lecturas nocturnas en torno a Fuguet. Entonces recordé cuando era un adolescente y le pedía a mis viejos que me llevaran a Santiago sólo a conocer el City, pero por problemas de plata nunca podíamos viajar. No hay nada mas hermoso, emotivo y delicioso que estar donde soñaste. Ninguna, [¡Ninguna!] droga te puede satisfacer tanto como aquello.

Estaba emocionado. Estaba Intertextualizado. Estaba vivo ...

Sabía muy bien que el City estaba cerrado, que la vieja administración no pudo mantener vigente los gastos del Hotel. Pero seguía mas vivo que nunca para mí. Recorrí por fuera cada uno de sus lugares, mi vista observaba los detalles de su decoración, mi tacto sentía ásperamente las gárgolas que están en el edificio, mi olfato sentía el viejo olor a polvo que guardaba la calle, y yo, ahí con el gusto de la alegría de poder comenzar a crear historias, de soñar con grabar algún día ahí historias de la Historiadora, el glamour, la noche y la literatura. El brillo del bronce de las puertas me hacía confiar en que un futuro auspicioso le espera.

Podría escribir mucho más sobre aquel viejo hotel que se esconde a pocas cuadras de la Plaza de Armas de Santiago, del Cine Lino & Mayo y sus "Programas Muy Especiales", pero me parece tan personal que debemos guardarlo como una joya valiosa.

No hay comentarios: